Esta madrugada, Filipinas volvió a enfrentar la fuerza de la naturaleza. Al menos 40 personas han perdido la vida y miles han sido desplazadas tras el paso del tifón Kalmaegi, conocido localmente como Tino.

El fenómeno azotó la región central del país, con fuertes lluvias e inundaciones que dejaron incomunicadas a comunidades enteras en las provincias de Cebú, Bohol y Leyte.

Kalmaegi tocó tierra con vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora y rachas de hasta 180, provocando inundaciones que cubrieron viviendas y carreteras.

El gobierno evacuó preventivamente a casi 400 mil personas, principalmente en zonas costeras, para evitar más tragedias.

Filipinas es uno de los países más vulnerables a los tifones, enfrentando cada año cerca de 20 tormentas tropicales, algunas de gran magnitud, que recuerdan la constante amenaza climática en la región.