Este usuario mostró en redes sociales su manera de pasar las mañanas de domingo y bastó un solo video para que todos los hombres en los comentarios quisieran estar ahí con él.
Porque sus domingos no empiezan con café ni con series: empiezan bajo el puente que conecta la Isla Musala con CU, donde él mismo, diseñó y construyó una mini pista a escala desde cero.
Con tubos corrugados, montículos de tierra y curvas hechas a mano, levantó un pequeño circuito que hoy es su refugio y el punto de reunión de una comunidad que nació casi por accidente: hombres que llegan solo para correr sus carritos en la pista que él creó. O como los de los comentarios que piden la ubicación aunque sea solo para ir a ver.
Ahí, con sus carritos de control remoto, toma las curvas como si fuera un rally profesional, vuela sobre los topes improvisados que él mismo levantó y levanta polvo mientras disfruta como niño.
Nada de estrés, nada de prisa: solo él, sus carritos, su pista, y esa sensación de libertad que muchos ya quisieran para sus propios domingos.
