Una familia en Culiacán escuchó un llanto desesperado en su baño, que venía del ducto del excusado. Algo que les llamó la atención y, para averiguar qué era, retiraron la taza.
Con la ayuda de una limpieza de drenaje, se dieron cuenta de que el llanto venía de un gatito que se encontraba en la tubería.
Después de varios esfuerzos, lograron rescatarlo y ponerlo bajo resguardo. Ahora, el pequeñín está en recuperación: está muy delgado, anémico y aún con miedo, pero ha iniciado su rehabilitación.
Tiene apenas 50 o 60 días de nacido, es macho y lo han bautizado como “León”, por su valentía, pero la incógnita sigue siendo:
¿Cómo llegó ahí?












