Desde que David se mudó a la colonia Santa Fe, en Culiacán, inició una conexión profunda con la naturaleza gracias a su cercanía con el Cerro de la Virgen.
Junto a su padre, comenzó a explorar el montículo de rocas, cubierto de flora y hogar de una rica variedad de fauna.
Fue en 2016 cuando sintió un mayor interés por las aves; su curiosidad lo llevó a descubrir las más de 200 especies que habitan en el municipio.
“Usamos la fotografía como herramienta para identificar especies”, comenta David Lara, conocido como “Cuenta Pájaros”.
Conoce a ‘Cuenta Pájaros': David y su viaje fotográfico tras las aves en Culiacán
“Así empecé haciendo fotografía. Realmente no era para sacar la foto bonita, sino que cuando hacemos observaciones de aves y listados, de repente con los binoculares no alcanza uno a identificar la especie y por eso andamos con el teléfono para tomar la fotografía y poder identificarla”, comentó.
Con el paso de los años, sus retratos de aves comenzaron a llamar la atención, y poco a poco una comunidad de observadores —también conocidos como “Cuenta Pájaros”— empezó a emerger en la capital sinaloense.
Este hobby no es sencillo: hay que despertarse antes del amanecer, tener buena condición física para escalar montañas y, sobre todo, contar con mucha paciencia, pues entre el follaje verde del cerro, las aves se camuflan con facilidad.
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“Siento que las aves me llevaron a conocer más a Sinaloa, andar buscando ciertas aves hace que te muevas”, explica David.
“En Culiacán podemos encontrar documentadas y ‘feria’ (varias) especies, y la mayoría ya las tengo yo marcadas como vistas”.
Aunque no es biólogo de profesión, sino egresado de la carrera de Gastronomía, David siempre ha sentido una fuerte atracción por la vida silvestre. En ella ha encontrado una comunidad que cada fin de semana sale a “pajarear”.
Dentro de su repertorio fotográfico, David destaca algunas especies captadas con esfuerzo. Una de sus mayores hazañas fue fotografiar al búho cornudo, un cazador nocturno que le tomó cinco años lograr capturar con su cámara.
“Esta especie anida aquí en el cerrito, y en este tiempo podemos observarlo cuidando su nido y cazando”, detalla David. “Realmente es una especie difícil de ver porque baja de los pinos a las zonas más calientes”.
Más allá de lo estético, sus fotografías y excursiones tienen un trasfondo social: David y sus compañeros buscan despertar en los culiacanenses un interés por el entorno natural y mostrar que no es necesario salir del municipio para maravillarse con la biodiversidad que lo rodea. Basta con detenerse, mirar y escuchar.
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