En el parque Sinaloa de Los Mochis se encuentra un jardín biocultural que reúne especies emblemáticas de esta región.
Biólogos del estado explican que muchas de ellas han sido utilizadas por los pueblos Yoreme-mayo desde hace siglos, no solo como recursos naturales, sino como elementos culturales.
Cactus, mezquites y cardones: refugios de animales
Una de las plantas que crece en esta zona es el “San Juan”, planta de flores naranjas que anuncia la llegada de las lluvias. En pueblos como Elota, los niños las colectan para hacer pulseras y collares.
Otro habitante del desierto es la “Biznaga”, un cacto capaz de vivir más de cien años, cuyos frutos y flores alimentan aves, reptiles y hasta humanos.
El biólogo explica que estas especies son clave para el equilibrio ecológico de Sinaloa, pero hoy enfrentan amenazas como la sequía, el cambio climático y la sustitución de plantas nativas por especies exóticas.
El desierto sinaloense no es un lugar vacío, sino un ecosistema lleno de vida, colores y tradiciones que han sobrevivido gracias a la adaptación y a la resistencia de su gente y su fauna.












