Cada año, millones de personas en todo el mundo eligen con cuidado los colores de su ropa para recibir el Año Nuevo, creyendo que esto puede atraer buena suerte, amor o dinero.
El rojo, por ejemplo, es el favorito de quienes buscan pasión y energía en el año que comienza. Mientras que el amarillo se asocia con prosperidad y abundancia económica, y el blanco con paz y claridad mental.
No todos lo hacen por superstición; muchos simplemente disfrutan de la tradición y del toque de color que le da a la celebración. Sin embargo, en redes sociales es común ver debates sobre qué tonalidad es “más efectiva” y cuáles podrían atraer mala suerte.
Así que, mientras unos esperan que el rojo en su ropa interior les traiga amor, otros apuestan por el amarillo para atraer dinero, y hay quienes solo buscan comenzar el año con buen ánimo y estilo.
Al final, parece que lo más importante no es el color, sino la intención con la que recibimos el nuevo año.