En Río de Janeiro, la tragedia se hizo visible de la forma más cruda.
Habitantes del Complexo da Penha, en la zona norte de la ciudad, amanecieron con una escena aterradora: más de 130 cuerpos alineados en la Plaza São Lucas.
Las víctimas, en su mayoría jóvenes de las favelas, fueron halladas tras una megaoperación policial realizada en los complejos de Penha y Alemão.
El operativo, uno de los más letales en la historia de Río de Janeiro, tenía como objetivo desarticular al Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas y violentas de Brasil.
Los locales decidieron actuar: llevaron los cuerpos hasta la plaza, los colocaron en fila y mostraron al mundo la magnitud de la violencia vivida.
