Existen de diferentes colores, formas y tamaños, dependiendo de la especie; sin embargo, todas comparten tres partes fundamentales: el embrión, que se convertirá en la futura planta; el endospermo, que funciona como reserva de alimento; y las cubiertas, que la protegen durante su desarrollo.
Algunas necesitan condiciones específicas para germinar
Aunque en general las semillas necesitan humedad, calor y tiempo para germinar, algunas especies requieren condiciones muy específicas. Tal es el caso de ciertas palmas, cuyas semillas requieren temperaturas de hasta 38 grados centígrados, o bien, tratamientos especiales como el raspado de su capa exterior para poder brotar.
Algunos biólogos se dedican a la reproducción y conservación de diversas especies vegetales. Entre su colección destaca la semilla más grande del mundo.
Se trata de la semilla de una palmera originaria de una isla de África, una especie que actualmente se encuentra en peligro de extinción y cuya preservación representa un reto científico de gran importancia.
Así, detrás de cada semilla, existe un proceso complejo que combina ciencia, paciencia y conservación, clave para proteger la biodiversidad y el futuro de nuestros ecosistemas.
