Hoy en los zapatos de… estuvimos donde nace la magia de las fiestas y en esta temporada decembrinas las más esperadas; las posadas.
El mundo de Héctor, un joven que desde hace tres años convierte papel y cartón en tradición, sonrisa y recuerdos.
Héctor Morachis, comienza su día desde muy temprano, para dar el acomodo necesario a su lugar de trabajo, empezar a crear y diseñar las piñatas, ya sean personalizadas o de pico, ya que cada una requiere de tiempo, paciencia y mucho corazón.
“Normalmente me dedico hacer piñatas ya sea por esta temporada navideña o piñatas personalizadas durante el año. Me despierto desde las 8 de la mañana para prepararme, alistarme, para abrir el negocio de las piñatas.” Dijo el piñatero, Héctor Morachis.
El proceso que nos enseñó en esta ocasión, es comenzando con inflar el globo, para después cubrirlo con revistas o papel viejo acompañado con engrudo, este proceso es largo, ya que se requiere de un día entero para que se sequen las capas.
Además de la técnica, Héctor comparte que este oficio es para él una terapia, ya que puede soltar emociones y plasmar su estado de ánimo en cada creación, de la mano de sus principales herramientas que son el globo, papel de colores, engrudo y cartón da forma a un trabajo que no sólo es creativo, sino también físico y cansado, pero que lo llena de orgullo.
“Es bellísimo, no te miento, lo disfruto, me encanta tanto, de que es una terapia, es una terapia tan hermosa, porque sueltas tu imaginación, sueltas todo y bueno eso se queda en la piñata y eso se deja ver en la piñata también”.
Una tradición que une a las familias en diciembre
Ser piñatero es darle color a momentos únicos, es mantener viva una tradición que une a las familias y que se vuelve indispensable más en esta temporada de alegría, con sus celebraciones únicas como lo son las posadas.
“Yo me siento orgulloso de hacer piñatas, realmente es algo que la gente no mira, pero es algo pesado, me siento feliz, me siento orgulloso y que año con año hay más gente haciendo piñatas y eso es hermoso, me da gusto que la gente se anime hacer”
En los zapatos de Héctor descubrimos que su oficio es color, tradición y amor. Entre papelitos y conos, da forma a la navidad de muchas familias culichis, y mantiene viva una de las costumbres más queridas de nuestra tierra.