Cultivar paciencia, disciplina y armonía con la naturaleza es lo que define al arte del bonsai, una tradición oriental que ha echado raíces en Culiacán.

Desde hace doce años existe un grupo de culiacanenses que se reúnen una vez al mes para charlar y atender sus árboles, y cada vez son más las personas que dedican horas a cuidar estos pequeños árboles.

Gregorio es uno de ellos, afirma que los bonsais representan el equilibrio entre la fuerza y la delicadeza.

“El área de los bonsáis nació en base a una donación de un japonés mestizo que enfermó del páncreas y falleció, pero durante ese proceso de la enfermedad él buscó una asociación para donar sus árboles. Allí entré yo a darles el tratamiento, lo que es el riego que necesitan para poder mantener los bonsáis, y ahorita tenemos 18 años con esta colección.”

Explica que el bonsai no es una especie diferente, sino un árbol común que, a través de técnicas de poda, moldeó y cuidado de sus raíces, se mantiene en miniatura.

En Sinaloa, especies como el guamúchil, el álamo y el guayacán se han adaptado perfectamente a esta práctica.

El arte del bonsai: reduce el estrés y fortalece la mente

Además de su valor estético, el bonsai promueve la conexión con el entorno y contribuye a reducir el estrés. Para sus cuidadores, cada hoja y cada brote representan un logro de constancia y paciencia.

Cada bonsai es una obra viva que nos recuerda que la paciencia y el cuidado son las raíces del equilibrio entre el ser humano y la naturaleza.