Una tradición que mantiene vivo al sur de Sinaloa marca al puerto de Mazatlán, se trata del camarón seco, el cual producto de una tradición atrae a locales y turistas.
Para diferentes presentaciones, desde caldos, ceviches o hasta una botana para acompañar las reuniones, este crustáceo expuesto al sol bajo un proceso artesanal.
Pese a su apariencia extraña y hasta con tintes de hostilidad en un inicio, Erick afirma que el secreto de comer un camarón seco es con todo y cáscara porque es parte del sabor.
Y es que, procedente de los tendales en Escuinapa, este camarón es el resultado de una labor a mano, la cual es delicadamente cuidada para que el producto llegue a manos de los compradores en el puerto.
Un producto emblemático en el sur del estado
De a poco, el camarón seco ha tomado popularidad incluso entre personas que son provenientes de otros continentes, tal es el caso del público asiático y de Norteamérica.
En Mazatlán, el camarón seco no solo se come, se hereda; es parte de una tradición que no se enfría con el tiempo.












