No sé si pasa en otros países, otras ligas, u otras selecciones, pero en México, sí. En esta liga, en esta selección, en los equipos de aquí, sí hay que consentir al futbolista, mimarlo, tenerlo contento, darle lo que pide y priorizar su comodidad más allá del fútbol .
Pasó a ser eso, manejar un discurso nacionalista, proteger al jugador de todo, mencionar que los naturalizados caben si son mejor que un mexicano, cuando en el deber ser, a la Selección simplemente deben de ir los mejores.
Lo pidieron, y ya lo tienen. Jaime Lozano se mantiene como director técnico de la Selección Nacional para el periodo del Mundial 2026. Una lástima no ver a Jaime con la presión de una eliminatoria. El camino es mucho más claro que en otros procesos, y la apuesta está hecha.
No sé en otros lados, pero en México se trabaja al revés, primero se prueba con fórmulas y después se decide el camino; no hay un perfil definido para el puesto del técnico, simplemente se aplican metodologías, y la que encaje más, adelante.
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Históricamente se han probado muchas fórmulas: el técnico estratega, el amigo del futbolista, el motivador, el disciplinario y autoritario, el de etiqueta internacional, el de élite, el de casa… Aquí se ha probado de todo, y el resultado es el mismo; ¿sabes por qué? porque la materia prima es de la misma. Es imposible edificar algo si no se cuenta con la materia prima ideal.
¿Hay malos futbolistas? No, claro que no, pero no tenemos futbolistas para competir en la élite, como muchos nos han querido decir. Ahora la fórmula de México es la misma que usó Argentina en colocar un técnico joven, sin experiencia en clubes.
Pero eso es más de lo mismo. Dejemos los discursos, y trabajemos en el desarrollo del futbolista, en la alta competencia de la liga, en la que haga crecer al jugador. Nadie crece compitiendo contra lo mismo.
Cierro recordándoles algo: Jaime Lozano inspiró al fútbol mexicano con un discurso nacionalista, defendiendo a la patria y al honor del futbolista mexicano, pero lo hace utilizando en su cuerpo técnico solamente a elementos extranjeros.
Esto no se trata de banderas ni de colores, se trata de capacidad. Súbanse ustedes a la Lamborghini, yo los espero aquí, cuando venga otro piloto.
Comentario editorial por Jesús Rodríguez.